La mayoría de nuestros futuros universitarios ya conocen las notas de sus pruebas de selectividad a día de hoy (siempre puede quedar algún despistado), y ahora sólo queda esperar que les acepten en las universidades en las que hayan pedido plaza. Este período es un poco estresante no sólo para los estudiantes, sino también para sus padres, que quizá puedan encontrarse con la sorpresa de tener que desplazarse más lejos de lo que pensaban y podría trastocar un poco su vida familiar.
Por supuesto, hay que ser positivos, y pensar que, en general, en nuestro país todo el que quiere estudiar puede hacerlo; con alguna que otra complicación, es cierto, pero lo consigue más tarde o más temprano. Es algo que los chicos deben tener muy claro, y también sus padres, que suelen protegerlos por puro instinto paternal, pero a los que a veces estas cosas en realidad no acaban de afectarles, pues les parece un tema que no tiene que ver con ellos. Sin embargo, quizá les sorprendería saber la cantidad de universitarios de más de 30 años que acceden por primera vez a estudios superiores, muchos de ellos incluso ya con varios hijos a sus espaldas.
Pero el caso más curioso ha sido el de una madre y una hija en Florida, Estados Unidos, que han conseguido sentarse juntas para graduarse el mismo día de sus estudios universitarios. Gigi Bolt, una madre soltera que tuvo a su hija Katherine con sólo 16 años, decidió estudiar una carrera justo cuando su hija comenzaba también en la universidad; el resultado es que ambas terminaron sus estudios a la vez, y la sorpresa fue cuando supieron que sus ceremonias de graduación se celebrarían el mismo día, en el mismo lugar y la misma hora. Eso les permitió estar juntas durante toda la ceremonia, y celebrar con alegría este acontecimiento la una al lado de la otra.
Nunca es tarde para estudiar la carrera de tus sueños, como podéis ver, todo depende de tener ganas (bueno, no negaré que algunos ingresos extras tampoco vienen mal, sobre todo si eres padre de otros universitarios, jeje). Seguro que el recuerdo que guardarán esta madre y esta hija ya es para siempre, pero su ejemplo es una muestra de que, si uno no ha conseguido lo que quería a la primera, siempre hay más oportunidades para intentarlo.